En el atelier de Carmen Fraga no hay límites a la creatividad ni a la imaginación: aquí, los niños son libres para jugar, crear y transformar sueños en realidad.
Los pequeños tienen libertad para desarrollar sus potencialidades y capacidades de conmutación entre diferentes tipos de actividades, como la de la tela a un dibujo o a una escultura de arcilla, o un laboratorio de colores, de acuerdo con sus aptitudes e intereses.
El atelier es también un espacio que proporciona contacto con la naturaleza, por lo que ocurre la interacción entre el niño y el medio ambiente circundante. Las clases son dirigidas a desarrollar las habilidades, la concentración, la autoestima y la coordinación.